Poseidón le reta parado en home
grita improperios de sal
amenaza con ciclones
corrientes traicioneras
medusas en la arena
tiburones de su barriga verdeazul
El chico no se inmuta
sonríe y mira al cielo
escupe el guante
afinca los nudillos en la bola
estira el brazo
lanza cangrejos
pulpos de múltiples tentáculos
lágrimas de mar en zona buena
que pasan burlándose del bate
Poseidón le mira atónito y furioso
suelta un rebufo de tormenta
vuelca una balsa se traga a los incautos
se afinca en su pies llenos de sargazos
a la espera del otro lanzamiento
El chico sonríe el estadio grita
desde la cueva le dan señas de cirros nebulosos
prepara su brazo de mar y hierbabuena
dice que no con la cabeza
dice que sí con la mirada
lanza una centella que explota entre corales
rompe en la orilla misma de la playa
como un strike cantado por las olas
Poseidón golpea sus spikes
azota tierra arenas movedizas
hace swings con ráfagas de viento
envía sus huestes de miedo relámpagos de espanto
levanta el bate y vigila los 16 brazos
de ese pulpo parado en la lomita
El chico se saca la gorra
saluda a los delfines
se moja las manos en pez y caracolas
apisona el montículo de plancton
levanta un pie
alza los brazos
toca una estrella
recita su último poema
canta un adios
Se desvanace en la rosa de los vientos
Una estrella de mar
encalla en la arena de Miami
escrita en su barriga la crónica del juego
El chico tiene aún en 3 y 2 a su rival
Pablo De Jesús
Los Angeles Sep 9/2017
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