– Como robarse un país sin disparar un tiro –
Se sabe de la importancia económica que tiene Venezuela para Cuba. Pero más allá de los 38 millones de barriles de petróleo que recibe al año (105,000 diarios), y préstamos de sumas multimillonarias, la patria de Bolívar ha tenido también una gran relevancia geopolítica en la estrategia cubana de penetración continental.
Desde el mismo dia del triunfo de la Revolución, Fidel Castro puso sus ojos en las riquezas de Venezuela. Invasiones guerrilleras, agresiones militares, sabotajes y asesinatos de políticos de la derecha, quedaron documentados en medios de prensa venezolanos de la época y dos investigaciones que realizó la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1964 y 1967. En una de aquellas invasiones participó, como un soldado simple, un hombre que años después el propio Castro mandaría a fusilar: el general Arnaldo Ochoa.
No fue hasta la aparición de Hugo Chávez en el escenario político, que Cuba pudo estructurar un bloque de izquierda, agrupado en los países del ALBA y UNASUR, como contrapeso a la carcomida y obsoleta OEA. Chávez, con su populismo y sus petrodólares, fue la punta de lanza que usó el castrismo para desmontar algunas de las democracias de la región. La corrupción, y enormes desigualdades sociales en esos países, fue el caldo de cultivo para la penetración cubana.
Es por eso que, bajo ningún concepto, los Castros permitirán que Venezuela se les escape de las manos. Además de amenazas, descalificaciones, y hasta asesinatos, el gobierno chavista ha modelado el sistema electoral venezolano a su conveniencia, siguiendo un patrón ideado por asesores cubanos.
“El sistema electoral venezolano está diseñado en su totalidad para perpetrar el fraude, a causa de la falta de credibilidad del padrón electoral, que supuestamente debe controlar el CNE”, aseguraron dos reconocidos ingenieros de computación de Venezuela.
Antony Daquin y Chistopher Bello participaron como especialistas en los comicios presidenciales de 2013, y pudieron constatar de primera mano todas las artimañas que Nicolás Maduro y su gente usaron para robarle el triunfo al candidato opositor Enrique Capriles.
En declaraciones al diario ABC de España, ambos especialistas revelaron que “en esos comicios hubo 1.878.00 electores fantasmas”, todos con cédulas de identidad provistas por el nuevo sistema de identificación venezolano, basado en un software hecho por técnicos cubanos.
Dicho software fue creado por la empresa militar de Desarrollo Automatizado de Tecnología Informática y Seguridad (DATYS), con sede en La Habana.
En 2005, Cuba comenzó a crear una red de compañías públicas de exportación de productos informáticos, y asi nacieron DATYS y DESOFT (Empresa Nacional de Softwares). Ambas pertenecen al conglomerado GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A de las Fuerzas Armadas Revolucionarias), un entramado de empresas militares que operan en Cuba bajo apariencia civil.
No es casualidad que GAESA este presidida por el general de división Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, casado con Déborah Castro Espín, una de las hijas del gobernante Raúl Castro.
DATYS es la gema de la corona cubana de control y espionaje. Ubicada en la Calle 5ta No. 3401 en Miramar, su profile de ventas se basa en “ofrecer a los gobiernos herramientas para la preservación del orden y la seguridad ciudadana”, y lo hace ofreciendo softwares para fines múltiples, desde identificación de huellas digitales y rostros, hasta escuchas telefónicas y monitoreo de redes sociales. Su dirección electrónica es: http://www.datys.cu/spa/site/services.
“Estas compañías forman parte de una estrategia cubana para extender sus redes de inteligencia en la región. Son en realidad una fachada del G2 cubano que les permite tener control de los sistemas de emisión de documentos de identidad”, señaló al Nuevo Herald en octubre de 2014 el propio Daquin, ahora exiliado en Miami.
DATYS ha firmado contratos a nivel gubernamental con Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Argentina. Gracias a ello, según Daquin, “los servicios de inteligencia cubanos tienen acceso a datos sensibles de 90 millones de latinoamericanos”.
Los cuerpos de seguridad cubanos poseen una base de datos con información pormenorizada de esas personas. Sus preferencias y actividades sexuales, cuántas veces a la semana visitan sitios pornos en la red, solicitan pizza a domicilio; tienen relaciones extramatrimoniales; gustos y aficiones; filias políticas y hasta de la pata que cojean.
La oreja peluda de los Castro está en todo lados. Todo lo oyen, todo lo ven, todo lo leen, como comprobarán mañana, en la tercera entrega de este serial.
Pablo de Jesús
2 Dic/2015
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