HABLAR EN CUBANO…CON CARIÑO Y HUMILDAD
Gracias a todos por su cariño y apoyo. Estuve corriendo todo el tiempo y solo pude comunicarme a través del iPhone y yo, con mis dedos torpes, soy alérgico a escribir en ese aparatico de letras minúsculas. No soy un Mileunm, sino un Milenario. Los mileunms viven los momentos en sus dedos ágiles. Los Milenarios los recreamos en el tiempo: disfrutamos lo pasado, nos asombramos con el presente y soñamos con el futuro.
La noche del sábado, como dije, fue MAGICA. No fue el primer lanzamiento de uno de mis libros (aunque acá se dice presentación, para evitar que alguien se sienta amenazado con que le tires un book a la cabeza). Pero sí fue mi òpera prima en este bendito país que nos ha acogido. Y la disfruté al máximo. Desde su concepción en las citas dominicales de Facebook, su gestación, larga y complicada, hasta su nacimiento la noche del sábado 15 de diciembre, en la llamada Casona Blanca de Miami.
Como padre veterano ante el nacimiento de su cuarto libro, no me sentí nervioso ni angustiado, pero si abrumado por la cantidad de amigos que fueron a apoyarme, y la buena vibra que transmitieron los que se quedaron en casa, Facebook mediante. Quedo en deuda con el poeta Félix Anesiopor su cálida presentación del libro -palabras que colgaré en mi muro para que las disfruten tanto como yo lo hice-, a Idabell Rosales y Armando Añell, que mantienen viva la llama de la cubanía artística en Miami, y alientan y apoyan a los escritores y artistas independientes en la isla, a través de los Festivales del Arte y la Literatura Independiente de Miami y Puente a la Vista.
La noche del sábado volví a ser el guajirito de Bejucal que después de ordeñar vacas y repartir leche se iba al rio con los amigos o a jugar baloncesto y a discutir con Guille El Loco, hoy el Guillermo Hernandez de mi lista de amigos, uno de los primeros en tirarme una mano cuando llegué A Miami hace 20 años. O recordar a las muchachas lindas del pueblo en una Jackie Trujillo igual de bella y cariñosa.
Reviví a ese becario díscolo y rebelde de Vento y la Lenin, perdiendo pases de fin de semana, a punto siempre de ser expulsado, hurtando quesos y comida en correrías nocturnas a la cocina para compartir con los compañeros del albergue, Muchos recuerdos gracias a mis querido Rey Caballero-Menendez, Belinda Behar Gelen Rudnikas, Marlene Moleon y el chino Ernesto Wong Lee, tan humilde que ni en Facebook quiere estar.
A Belinda le agradezco haber descubierto que su esposo Rolando Behar no solo es un gran escritor, sino magnífico chef, con una receta judia para las hamburguesas y la cordialidad desbordada. También el haberme presentado al maestro Orlando Jimenez Leal, quien me prometió su libro y su película icónica 8A, y a Lilo Vilaplana, rescatista de la memoria hístórica del exilio con ideas tan abundantes como su luenga cabellera.
¿Y como olvidar los años de la Univerdad de La Habana con una Zenaida Ferrer Martínez escultural y siempre campeona de gimnasia rítmica en los Caribes, ahora abuela feliz y madre de una poetisa? ¿O al ronin José Modesto Garlobo Mendoza? Natural como el guarapo, afilado como el sable de un samurai. O a Claudio Felix Hernandez, el Yo Claudio de Tercera y F, siempre atento al detalle, el dato y las historias curiosas.
Me sentí de nuevo aquel periodista bisoño que encontró en Eduardo D. Morejon a un maestro siempre presto a ayudarme, y compañero de profesión y softbol de su hijo Yoyi, Jorge Morejon, quien me abrió las puertas del canal 41 y a la amistad con Juan Manuel Cao. Recordé la complicidad de gusanear bajo la mata de mango de la AIN con mis compañeros de trabajo Maria Otero, su esposo Orlando y José Martí, el más jodedor de todos los Martí. Y las correrías en reportajes por la isla con Juliophotovideo Photovideo, el Julito pescador de imágenes imposibles.
Le puse cuerpo y voz a caras de Facebook como Javier Figueroa, el Javi a partir de ahora,y Jordan Joaquin Pomares Benitez -¡no saben ustedes como alegra ver que los jóvenes amen la lectura!-, Teresa Gutierrez, una de mis más antiguas amigas feisbuzianas y de esas personas que con silencio humilde te hacen sentir cómodos desde el primer abrazo, y al … (no encuentro el adjetivo preciso) Alfredo Hernandez, artista de profesión y vocación, albañil por necesidad, y cálido cubanazo desde el sombrero a los zapatos brillantes.
En especial me sentí arropado por la amistad siempre limpia de mis amigos Emilio Rivas y su esposa Rosy, quienes volaron desde Los Angeles a Miami para acompañarme en este viaje a lo cubano. Mi familia.
Si alguien se me olvida es a causa del viejo Alz. Los que fueron y los que no estuvieron. Gracias a todos por acompañarme en esta aventura. Por Hablar en Cubano con cariño y humildad, dos beldades que no abundan.
Pablo de Jesus
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