Pobre de Gardel con eso de que veinte años no son nada
morir sin haberlo siquiera imaginado
no saber cuánto cuesta masticar esta nostalgia
vagar por el mundo sin cama donde reposar la cabeza
la espuma de una ola bañada en lejanías sin adioses
el vuelo de un zorzal ya mudo
caminar con los zapatos desgastados
arrastrar el cansancio
en busca de un horcón donde colgar la hamaca
febril la mirada enredada la lengua en un idioma ajeno
vivir aferrado a recuerdos de un pasado sin ayer
gritar sin voz en un país de sordos
donde ser mártir era una consigna
uno más para nombrar escuelas
si acaso recordado en medallitas de latón
nunca en las tumbas blancas de otras tierras
contar los días en el almanaque de los miedos
cabalgar el futuro sobre una esperanza frágil
un colibrí libando tu tristeza
el corazón forjado de tantos desencantos
marcado a fuego por amores y traiciones
cuando te dicen a la cara que veinte años no son nada
piensas que esas dos décadas pesan en la mente y en el alma
Pobre de Gardel no entender que veinte años es una vida
una suma de besos nunca dados
una sábana de abrazos
el mar de lágrimas sobre el que navega la balsa del olvido
un no poder morir sin corazón porque ya estás muerto
el epitafio de un adiós sin retorno ni hasta luego
el eterno deambular de un zombi
sin un triste farolito que alumbre tu regreso
Pablo de Jesus
Diamond Bar
Mayo 2018
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