Su primo es una leyenda cubana en los cinco continentes por mantener el récord mundial de salto alto, pero Lorenzo Sotomayor escogió otra senda: el boxeo, y competir por Azerbaiyán.
Este púgil de 31 años, que en su natal Habana dejó el boxeo para dedicarse a vender viandas, zapatos, cualquier cosa con tal de mantener a su familia, regresó al cuadrilátero de la mano de una novia azerbaiyana y un entrenador cubano.
“Si todavía estuviera en Cuba no habría venido a los Juegos Olímpicos. Estaría en las calles luchando para ganarme la vida y alimentar a mis dos pequeños hijos”, reveló a la AFP, Sotomayor, entonces un padre soltero.
Acaba de terminar una sesión de entrenamiento en el Pabellón 6 de Riocentro, y su rostro aún está sudado. A su lado está el entrenador que le “salvó la vida”, según él.
“En Cuba no tenía tiempo para entrenar. Cada día salía a la calle a vender cosas, zapatos, vestidos, de todo. Había que vivir”, añade con el convencimiento de los sobrevivientes.
Un día, en esos andares por La Habana, conoció a una chica rusa que vivía en Azerbaiyán -“ni sabía dónde estaba ese país”, asegura- y pronto la relación generó en matrimonio.
“Ella me preguntó si me gustaría ir a vivir a Azerbaiyán y le dije: ‘OK, pero sólo por un poco de tiempo’. Pero un día en que entrenaba en un gimnasio me encontré con el seleccionador nacional de Azerbaiyán y me invitó a unirme al equipo nacional de ese país”, recuerda.
El entrenador no era otro que Pedro Roque, exseleccionador principal de los equipos nacionales de boxeo de Cuba y Estados Unidos.
– Un técnico cubano –
‘Peter’ Roque, formado en la Escuela Cubana de Boxeo, entrenó a más de una decena de campeones olímpicos y mundiales cubanos, y tras su salida de la isla, preparó a otros notables púgiles estadounidenses que hoy hacen carrera en el profesionalismo.
Un dia se encontró con Sotomayor en un gimnasio de Bakú y le invitó a entrenar para que se ganara un puesto en la selección nacional azerí. El chico no perdió la oportunidad, y hoy su historia es otra.
“Mi vida cambió radicalmente. Cuba tiene muchos problemas. Los salarios son bajos. En Cuba puedes tener una profesión y no tener dinero. En Azerbaiyán, si se estudia una profesión, eres recompensado. En Cuba es difícil, incluso cuando un médico gana sólo 25 dólares al mes”, afirma Sotomayor.
Con toda la confianza del mundo, el cubano que defiende a Azerbaiyán apunta a la medalla de oro de su categoría de los welter ligeros.
Preparación mental y física para quedar medallista dice tener este primo azerí del ‘Príncipe de las Alturas’ Javier Sotomayor.
“Voy a boxear al mejor estilo de Alí. Mi juego de piernas es muy bueno, y mi velocidad de manos también”, acota, y añade que le copió los movimientos al legendario Muhamad tras ver un vídeo sobre su carrera.
Explica que en los gimnasios cubanos lo primero que le enseñan a los niños es el movimiento de las piernas, y ese es uno de los secretos de los triunfos antillanos.
“El boxeo se ejecuta como un baile. Los cubanos somos buenos en el boxeo porque somos un pueblo de bailadores”, añade.
Su primer rival en este torneo será el ucraniano Volodia Matvichuk, en el debut olímpico el próximo jueves.
Desde el cambio de nacionalidad, Sotomayor, dice estar disfrutando de los mejores resultados de su carrera.
Este año ganó la medalla de oro en los Juegos Europeos y el año pasado llegó a cuartos de final del Campeonato del Mundo en Doha.
Dice haber recibido ofertas de promotores profesionales, las que comenzará a estudiar después de terminar estos Juegos Olímpicos.
“En Cuba jamás podría tener estas conversaciones”, subraya.
Pablo De Jesus
Ago 6/2016
Rio de Janeiro (Brasil)
Comments