Cuentan que cuando Atila se presentó con sus huestes a las puertas de Roma, los romanos se cagaron de susto. Más que saqueo de riquezas, aquella horda de hunos salvajes veía a Roma como el obstáculo en el camino para atacar y conquistar a Constantinopla, la ciudad soñada.
Algo parecido le tiene que estar pasando a Daniel Ortega, al ver a más de 3.500 cubanos a las puertas de Managua, en tránsito hacia el paraíso soñado de la Constantinopla del norte. Sólo que Ortega no es Aelio, el general romano que por un tiempo controló al desquiciado de Atila. Ortega es más bien Valentiniano III, el emperador pedófilo que con su egolatría y nepotismo terminó de arruinar el imperio romano. Y además de desmemoriado, Ortega es malagradecido.
Cuando recibía entrenamiento como guerrillero en Cuba (1974), Danielito conoció de cerca a los cubanos. Compartió innúmeras botellas de ron Havana Club y Flor de Caña, junto con varios de los actuales generales cubanos, incluido el fusilado Arnaldo Ochoa, compinche de aquellas correrías etílicas, y para quien pidió clemencia cuando estaba al pie del pelotón de fusilamiento. Es, por tanto, el presidente latinoamericano que mejor conoce a los cubanos.
Por eso no se entiende cómo pudo ordenar a sus tropas reprimir con balas y gases lacrimógenos a los que en un tiempo consideró sus hermanos. Los mismos que le ayudaron a reconstruir el país tras la devastación de la guerra civil, los que dieron su sangre por Nicaragua en una de esas campañas recolectoras de cualquier cosa, allá por los años 1980. Cubanos que han dado su aporte para mejorar los servicios de salud, educación y deportes. Y que le construyeron y regalaron un central azucarero, considerado en su momento el más moderno de Centroamerica.
Pero no se puede pedir peras a una mata de aguacates. Danielito es una marioneta manejada desde La Habana, en un guiñol con tintes de ciencia fición y misterio.
Ciencia ficción, porque uno se pregunta: ¿Cómo llegaron hasta allí sin hacer ruido esos miles de cubanos? ¿Cómo no se llenaron de aviones los cielos del mundo? Alarcón tiene que estar rascándose el cabezón ante tal interrogante, pero ya habrá llegado a la conclusión de que la única forma para que tantos cubanos aparezcan de repente a las puertas de Managua es por inducción extraterrestre. Se trata sin dudas, de otra maniobra de la CIA y la mafia de Miami, orquestada por la Ros-Lehtinen, los Diaz Balart, Marco Rubio y los etc contrarevolucionarios.
Y misterio, al saber que éste nuevo éxodo cubano se inició en el Ecuador del autoritario Rafael Correa. ¿Cómo pudieron entrar a Ecuador tantos miles de cubanos sin levantar las alarmas en el Palacio de Carondelet? ¿Por qué pudieron salir tan campantes de Ecuador y ahora se ven frenados en la frontera nicaraguense? ¿Es coincidencia que ésta nueva oleada de balseros terrestres se produzca poco después de los nuevos tratados migratorios entre Cuba y México? Por lo pronto, el goteo constante parece se detendrá, tras el reciente de las autoridades ecuatorianas de exigir visa a los ciudadanos cubanos desde el próximo martes, 1ro de diciembre.
En su tránsito, los nuevos judios errantes del Caribe tuvieron que atravesar por Colombia y Panamá, y hasta que no chocaron con Ortega y sus tropas, fueron cubanos evanescentes e invisibles. Nadie habló de ellos hasta que formaron ese cuello de botella en la pequeña Costa Rica. Recordando las palabras de Winston Churchill, todo esto “es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”.
Lo más doloroso de todo este episodio es el silencio cómplice de gobiernos y defensores de la latinidad migrante. ¿Dónde están los Jorge Ramos, las Salinas y todas esas ONG prestas a gritar cuando se reprime a un inmigrante mexicano o centroamericano? Y lo peor, ¿por qué la indiferencia del gobierno cubano ante el atropello de sus compatriotas en Nicaragua? Cubanos que cuando se afiancen en Estados Unidos, enviarán miles de millones de dólares a la isla para sustentar a la supervivencia de los tiranosaurios.
Los cancilleres centroamericanos trabajan para encontrar una solución a la situación de los cubanos varados en la frontera norte de Costa Rica con Nicaragua, pero las autoridades orteguistas siguen plantadas en que no van a permitir el cruce a través de su territorio hacia Estados Unidos porque “esto expondrá a los nacionales cubanos a graves peligros y la legitimación de políticas ilegales”. Hasta que fueron desarticuladas en Costa Rica, la mafia que controlaba este flujo de personas de sur a norte mantenía la maquinaria funcionando. Ahora, Daniel Ortega busca ser el único dueño de esa trata humana, y los que parecen que tendrán que pagar para que quite el tapón serán los Estados Unidos, como siempre.
Mientras, los verdaderos culpables de esta cagazón, los geriátricos dirigentes cubanos, se frotan las manos satisfechos de haberle creado un problema más al imperio. Ortega aguarda orientaciones de Punto Cero para que los hunos sigan camino del norte, mientras los otros se frotan las manos en espera de las remesas.
Un nuevo Mariel se avecina. Pero ahora, en vez de “pies secos, pies mojados”, es el tiempo de ojos secos, ojos mojados, con lágrimas pavimentando el camino de la libertad.
Comments
pinal
18th November 2015 at 5:27 amExcelente!! Sigue así estimado compatriota. Felicitaciones por el artículo y el blog.
Pinal
18th November 2015 at 6:54 amExcelente artículo.
Felicidades por el blog!
Pablo Socorro
26th November 2015 at 12:40 pmEstimado Pinalches. Gracias por ver mi blog. Tus comentarios siempre son bien apreciados.